Cuando se pone en contacto una pequeña cantidad de sodio con cloro se produce una reacción muy violenta, aunque no de forma espontánea. Es necesario vencer una energía de activación. Este fenómeno es muy corriente en química. Hay reacciones donde se desprende mucha energía que necesitan de cierta "ayuda" inicial para que se produzcan. Pero una vez iniciadas, son tan violentas que pueden llegar a causar un accidente si no se actúa con precaución.