Los alcoholes y éteres pueden considerarse como derivados del agua, en la que se reemplaza uno o dos hidrógenos por grupos carbonados.
Los ángulos de enlace sugieren que el oxígeno está en hibridación sp3.
El grupo hidroxilo confiere polaridad a la molécula y posibilidad de formar enlaces de hidrógeno. La parte carbonada es apolar y resulta hidrófoba. Cuanto mayor es la longitud del alcohol su solubilidad en agua disminuye y aumenta en disolventes poco polares.
Los alcoholes se caracterizan por la formación de enlaces de hidrógeno fuertes y, por tanto, tienen puntos de fusión y ebullición elevados, en comparación con los alcanos correspondientes.