La manera más simple de preparar un éter es hacer reaccionar un alcóxido con un haluro o sulfonato de alquilo, en una secuencia típica SN2:
Esta reacción fue descubierta por Williamson a finales del siglo XIX.
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Disolventes típicos
| El propio ROH en exceso y también... | | | |
| | Dimetilsulfóxido (DMSO) | N,N-dimetil formamida (DMF) | Hexametil fosforamida (HMPA) |
La aplicabilidad de la reacción está limitada por la fuerte basicidad del alcóxido:
La eliminación es una competencia muy seria en esta reacción.
Si la reacción de Williamson se lleva a cabo intramolecularmente se obtienen éteres cíclicos (reacción SN2 intramolecular).
Dependiendo del tamaño del anillo que se va a formar (m = n+2), la reacción se produce a velocidad diferente:
Para que la formación del anillo tenga lugar, deben chocar de forma efectiva ambos extremos de la molécula. Cuanto mayor es n, mayor es el número de enlaces entre el alcóxido y el grupo saliente, enlaces que deben ordenarse para que ambos se encuentren. Esto añade a la velocidad de reacción un factor entrópico desfavorable. Por ello, aunque el epóxido tiene una cierta tensión de anillo, es el que se forma más rapidamente porque los grupos reaccionantes están más cerca.
La estereoquímica y la conformación son esenciales para que una reacción pueda o no darse.
El isómero trans del 2-bromo ciclohexanol puede dar lugar al epóxido, aunque a través de una conformación poco poblada.
El isómero cis del 2-bromo ciclohexanol no posee ninguna conformación adecuada para que el alcóxido ataque por el lado opuesto al grupo saliente.
Los éteres corona, objeto de un Premio Nobel, pueden sistetizarse aprovechando lo que se ha dado en llamar "efecto plantilla".